Ante las presiones de los vecinos, Juan termina renunciando de su cargo como Presidente de la Comunidad, por lo que automáticamente pasa a ejercer Lucía.
En sus primeros días como nueva Presidenta descubre que todo es un desastre y que para arreglar las cosas habría que subir la cuota mensual... algo que no hace nada de gracia a los vecinos, que empiezan a pensar que Lucía les quiere robar.
El ayuntamiento inicia una campaña de reciclaje en el barrio y pide a los vecinos que utilicen los diferentes cubos para separar las basuras. Se montan un lío y no consiguen ponerse de acuerdo sobre nada.
Por último, Doña Concha está decidida a echar a Alicia y a Belén del piso y empieza a enseñarlo.